En 1923, nació en Caracas uno de los máximos representantes del arte cinético e investigador de la teoría del color Carlos Cruz-Diez.
Cruz-Diez fue uno de esos artistas que realmente disfrutaba de su trabajo artístico, sin lamentarlo, sin sufrirlo. Su amor hacia el color y la belleza surgió durante su infancia gracias a las transparencias de las botellas de refresco de la fábrica de su padre.
Ingresó a la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas en Caracas; al poco tiempo de entrar, Cruz-Diez comenzó a cuestionar el dramatismo y el rigor de las clases de pintura y decidió quedarse con las materias de profesorado de arte y grabado. Mientras tanto, comenzó su actividad como diseñador gráfico e ilustrador en publicaciones locales y como director de arte publicitario.
En 1955 viajó a Europa con el propósito de ampliar sus estudios sobre el color. Su estancia se dividió entre Barcelona y París, en esta última ciudad tuvo su primer acercamiento al arte cinético. Después regresó a Venezuela, donde fundó el Estudio de Artes Visuales y tuvo una exposición en el Museo de Bellas Artes; sin embargo, su retorno fue breve ya que decidió, junto a su recién formada familia, abandonar su país natal para siempre.
Algunas de las obras más conocidas de Carlos Cruz-Diez se encuentran en el piso del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, Venezuela y en Marlins Park, el estadio del equipo de béisbol de Miami.
La autonomía del color y otras investigaciones del color
El artista realizó ocho importantes investigaciones del color que dieron como resultado varias colecciones de pinturas, gráficos, cuartos inmersivos y otras piezas únicas.
En Color aditivo el concepto rector es la irradiación del color, Cruz se enfocó en el punto en el que dos colores se tocan.
Tomando el rojo y el verde como ejemplo, es en el punto crítico donde se crea un color ‘virtual’ amarillo. Este color no está pintado en la superficie, solo es visible a simple vista”
Cruz-Diez Art Foundation
Por su parte, Fisicromía explora la interacción y la reflexión de los colores de una superficie a otra. Esta colección tiene la característica de que cada Fisicromía se modifica según la luz del ambiente o al desplazamiento del espectador respecto a la obra.
La siguiente investigación de Carlos Cruz-Diez se llama Inducción Cromática; en ella el artista logró que la persistencia retiniana de colores se diera en un solo tiempo en lugar de hacerlo en dos.
Crominterferencia utiliza dos capas, la primera se trata de una base con líneas de colores colocadas de forma vertical; mientras que la segunda consiste en un plástico transparente que al ser desplazado provoca ciertas interferencias en las líneas de la primera.
Para 1965, Cruz-Diez creó un ambiente artificial con tres cuartos de color rojo, verde y azul. La Cromosaturación juega con la percepción de los colores, donde el permanecer mucho tiempo en un cuarto consigue atenuar la percepción de ese color; a su vez, el cambio entre los cuartos acentúa la percepción sobre el nuevo color.
Tres años después, el artista creó el Cromoscopio, un aparato que permite observar el movimiento de la luz de la noche, así como transformar el paisaje nocturno.
Finalmente, Color al espacio retoma sus primeras obras para mostrar la forma en que el color se hace y se deshace en el espacio. Utilizando un fondo con un patrón de líneas de tres colores verticales, sobre él coloca un prisma de metal que al ser colocado sobre el fondo se percibe en varios colores.
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Marco Rivero
•5 años ago
Graciad a mi amigo Erick Ciccone que me dió a conocer este artísta a través de este artículo.