Miklós Kiss es un diseñador y artista visual húngaro conocido por incorporar elementos tipográficos en sus proyectos.
Su arte se caracteriza por tener un estilo único y enfoque conceptual,
ya que muestra su fascinación por jugar con letras.
La mayoría de sus obras de arte exploran las fronteras y transiciones entre el arte y diseño, creando una interacción con el espectador.
Desde el 2008 ha participado y realizado en un sin fin de proyectos como en el Aeropuerto Internacional de Budapest, Museo de Artes Aplicadas, una colaboración con Heineken, Semana de la Moda en Europa – por mencionar algunos – pero sin duda la más aclamada es su instalación de arte público “Ball.Room” en la Terminal de Diseño, Budapest y que volvió a ser exhibida en el Pabellón Principal de la Bienal de Diseño Gwangju 2019.
Ball.Room – Hello emograms es una instalación interactiva acerca del comportamiento comunicativo de los humanos en la era digital.
La instalación explora los bordes y la transición entre el arte-diseño y la experiencia de los espectadores al interactuar.
A simple vista las bolas amarillas parecen solo un par de pelotas con dibujos al azar, pero sí se miran más de cerca se puede apreciar la genialidad del mensaje oculto en los globos emojis llamados: emograms, que nacen de la mezcla entre caracteres y letras que nos delatan un mensaje significativo.
La instalación ubicada en el Pabellón Principal de la Bienal de Diseño en Corea del Sur está dividida en dos partes: la primera es un salón de baile que se encuentra llena de las bolas amarillas donde los asistentes pueden interactuar y jugar con las pelotas mostrando sentimientos diferentes (lucky, lazy, cool, nice, fuck, bad, crazy, etc); en la segunda sala están 12 emogramas inflados de gran tamaño (estoy tan bien, estoy tan mal, me siento bien, me siento mal, me siento loco, me siento amado, etc) y 1 emograma desinflado (lo siento mucho).
Los asistentes también pueden portar pegatinas de emograms en su ropa para expresar su estado de ánimo del día.
Lo más interesante y atrayente de la exposición interactiva de Miklós es cómo muestra la debilidad de la comunicación actual y la transformación de las emociones a los mensajes digitales carentes de sensibilidad, que se han convertido en la principal fuente de interacción entre las personas, ya que hemos pasado de dejar atrás las expresiones faciales para transferirlas a un círculo amarillo que representa un estado de ánimo, una emoción, incluso un sentimiento. Sin duda alguna es una exhibición que nos lleva a reflexionar.
Miklós Kiss toma inspiración para este proyecto en 2015 cuando Oxford Dictionaries eligió a los emojis como palabra del año, lo cual revela la necesidad que estamos desarrollando por mantener un contacto basado en mensajes de texto; la segunda inspiración es para rendirle homenaje al artista gráfico Harvey R. Ball quien fue el primer estadounidense en crear la famosa e icónica “smile face” amarilla.
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