Simetría Wes Anderson: una experiencia visual
Wes Anderson ha logrado en su impecable dirección cinematográfica marcar una línea visual contundente.
La espacialidad de sus planos requieren de una exquisitez visual exacta. Al igual que la gama cromática armoniosa para lograr un equilibrio lírico.
Wes Anderson, el director del encuadre perfecto, así lo describen diferentes medios.
Es una frase que hemos leído antes, entonces, ¿por qué nos sigue maravillando?
En los primeros filmes podemos notar un estilo naciente y una búsqueda introspectiva, que se ve reflejada en la pantalla con Rushmore (Academia Rushmore, 1998), la historia de Max Fisher.
Con The Royal Tenenbaums (Los Tenenbaum: Una familia de genios, 2001) logra sobreponerse al interés del ojo público y crítico.
¿A dónde busca llegar Anderson con estas narrativas? El surrealismo de su imaginación llevada a la gran pantalla nos hace reflexionar el mundo exterior a partir de personajes complejos situados en la atemporalidad.
Todas sus obras se basan en la percepción emocional del espectador sustentada en la elección de paleta cromática que por lo general radica entre gamas cálidas anaranjadas.
El director nunca se caracteriza por una homogeneidad. El diseño del arte, la sonorización y la fotografía son líneas paralelas, cada una en sí misma tiene su propio papel.
La simetría de Wes Anderson fue ejemplificada a través del video de kogonada, quienes retomaron escenas fílmicas para mostrar la perfección del encuadre.
El cineasta se caracteriza por crear composiciones céntricas, una técnica sutil en la que se puede ver diferentes escenarios distribuidos de forma armónica.
Al trabajar en el mismo cuadro, tenemos una maravillosa escena como en El fantástico Señor Zorro (2009), Academia Rushmore (2009), El Gran Hotel Budapest (2014) y por supuesto Isle of Dogs (2018).
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