Capturar cuerpos que transitan entre escenarios móviles a través del tiempo y el espacio, descompaginar la realidad y estructurarla no solo en una composición que resultara un alborozo para los espectadores, sino una imagen bella y sublime para el espíritu. Eso es lo que Eleanora Derenkowsky, mejor conocida como Maya Deren, dejó como legado para el cine.

A pesar de solo haber finalizado seis películas bajo su firma, la carrera de Maya Deren dejó una huella significativa en la construcción del cine experimental y de vanguardia; tanto que su cinematografía sigue siendo un fiel referente para cineastas como David Lynch (Lost Highway, 1997), Cindy Sherman (Untitled #96, 1981) y Andy Warhol (The Chelsea Girls, 1966). Su historia comienza en Ucrania en 1917, pero fue en 1922 cuando su familia decidió emigrar a Nueva York; fue en Estados Unidos donde florecieron sus aptitudes como cineasta experimental.  

Dos décadas después, en 1943, inició su carrera en el cine al realizar una película junto a Marcel Duchamp, The Witche’s cradle, misma que nunca fue finalizada, pero puedes ver fragmentos en Youtube -al igual que de todos sus trabajos-. Su verdadero debut lo tendría con Meshes of the Afternoon, cortometraje que dirigió junto a su segundo esposo Alexander Hammid, galardonado con el Premio Internacional del Festival de Cannes y en donde Deren dejó ver una pieza de carácter feminista en la que el personaje principal es interpretada por ella misma.

A lo largo de 14 minutos, Deren aparece como un personaje que se deconstruye, se observa y se vuelve a construir entre paisajes surrealistas. Un cuchillo sobre la mesa, un espejo, un teléfono, una llave sale de su boca, todos estos objetos despiertan un miedo en ella a partir de su constante coreografía por el lugar. Poco a poco, la filmación se transforma en una pesadilla poética que deambula por el mundo onírico.

Paralela a su carrera como cineasta, Maya Deren tenía un profundo interés por las coreografías, las danzas tradicionales y rituales como el vudú, lo que derivó en un viaje a Haití y la posterior publicación del libro titulado Divine horsemen: The living God´s of Haiti. Dentro de su trabajo fílmico podemos ver este interés plasmado en A study in choreography for camera, en esta filmación de tan solo dos minutos, vemos el movimiento del bailarín Talley Beatty en una delicada coreografía que se entremezcla con diversos espacios como el bosque, un museo y una habitación, a la par de que la lente de Deren complementa la danza visual.

La artista ucraniana plasmó su filosofía e ideología de sus creaciones cinematográficas en Anagrama, su libro más reconocido en donde habla sobre la importancia de la composición y los elementos que lo conforman, así como que estos elementos deben tener una lectura en cualquier dirección a lo largo de las obras. Sin duda, Maya Deren es todo un referente del cine experimental hasta nuestros días, por lo que no podemos pasar de largo su trabajo que seguirá vigente a más de cien años de su natalicio.

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