Vincent Van Gogh es reconocido como uno de los pintores más importantes de la historia del arte. Por esta razón, su vida ha sido objeto de estudio por generaciones, desde sus inicios en la pintura hasta su desafortunado deceso al borde de la locura.

Una de las personas más importantes en su vida fue su hermano, Theo, a quien desde agosto de 1872, hasta julio de 1980, escribió un poco más de 900 cartas relatando los días de su vida.

La frecuencia de estas cartas variaba bastante, pero normalmente eran tres al mes. Año tras año la longitud de las mismas se hacía cada vez más grande, llegando a ser hasta de ocho cuartillas.

En muchas cartas, Vincent describe las obras que está apunto de hacer y las ideas que lo impulsan para realizar dichas pinturas, por que lo adjuntaba un boceto para que Theo pudiera hacerse una idea de su arte.

Estos bocetos impregnan los conocidos trazos del pintor, pero con la peculiar diferencia de la ausencia de colores característicos de su obra.

Igualmente, Van Gogh relata los múltiples cambios de residencia que tuvo, su gusto por el arte y su preferencia predilecta por algunos artistas.

Las cartas de Van Gogh a su hermano son una muestra para introducirnos en la vida de Vincent más allá de la pintura y descubrir lo que pensaba y sentía el ser humano detrás de las obras maestras.

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