Wong Kar-wai emigra a los 5 años de edad con destino a Hong Kong en compañía de su madre, dejando su patria, su lengua y familia atrás, escapando de la revolución cultural de Mao.
Esta condición enfrenta a Kar-wai con las barreras lingüísticas que causa el éxodo; lo obligan a adaptarse y desarrollarse de una manera distinta.
La deconstrucción semiótica a la que se enfrentó hace que el primer acercamiento a su nueva vida, sea, a través del cine.
Este se vuelve un punto clave, el cual permea todo el desarrollo y personalidad del futuro cineasta Wong Kar-wai. Tal adaptación cultural y social mediante lo visual a tan temprana edad es lo que Sartori denomina como “video niño”.
Posteriormente, estudia diseño gráfico en el Hong Kong Politechnic Collage, y con tan solo dos años de carrera se inscribe en un curso impartido por la Television Broadcasts Limited para la elaboración de guiones, donde direcciona todas sus aptitudes en cuanto a la elaboración de historias.
Junto con Alan Tang comienza su trabajo como director, el cual no prolifera de la mejor manera; As Tears Go By (1988) y Days of Being Wild (Días salvajes, 1991) resultó en tres vertientes: la exploración de su propio discurso y estética, en una pérdida de miles de dólares y la atención inaugural al joven director.
Mas tarde Ashes of Time (1994) es presentado como un filme onírico que remite a lo ancestral, lleno de planos abiertos en el desierto, pareciera que estuviéramos viendo la Primavera reciente (1072),de Guo Xi.
Pero el filme causó un devenir anímico en el director que lo hizo salir del ojo público y cambiar la dialéctica que había trabajado hasta ese momento.
Unos meses después retorna con Chungking Express (1994), la película que lo introduce a la comunidad de eruditos del cine occidental como Quentin Tarantino. Con cámara en mano, simetrías bien cuidadas y paletas cromáticas suaves y granulosas, pareciera que estuviera grabada sobre película de plata.
Un discurso con dos historias divergentes que se unen y se transcriben en la vida cotidiana contadas con un ardite de humor.
Con Happy Together (1997) se corona como el primer director chino en ganar un premio en Cannes, gracias a su camino recorrido y en compañía de la fotografía de Christopher Doyle.
Su iluminación expresionista y colorida, el frenesí como tópico principal, antecede de su gusto por los boleros, el estado de colisión del amor.
Wong Kar-wai ha anunciado su nueva película, Blossoms, la cual será una adaptación de la novela homónima de Jin Yucheng publicada en 2013.
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